sábado, 9 de febrero de 2008

Brokeback Paine


Hasta ahora no tengo claro de qué recóndito lugar del ser humano, de qué árbol de frutas exóticas nació el nombre de nuestra expedición, pero una cosa es segura, son los años dorados ahora.
Digamos algo, aver, Torres del Paine, tanto para un lector especializado como para un personaje magistral en el oficio del colapso debería estar claro. Sí, para un Johan Haedicke la cosa está clara desde los albores más remotos-
Este es un paisaje austral hermoso, según millones de revistas de viajes, un lugar al que debes ir antes de morir. Sería uno de los 10 seleccionados.
Quedan muy pocos lugares vastos, inmensos, desolados pero particularmente maravillosos, montañas,ríos,cascadas,flora y fauna,pampa magállanica, y senderos que se pierden en la eternidad que se desenvolverá en cada uno de tus pasos.
Ahora dicen, no haga el sendero de la "O" con compañeros no experimentados en montaña y caminata... Si se puede hacer este sendero de 8 días,sí se puede.
Yo que he realizado varios senderos de caminata alrrededor del Paine, y que puedo decir que sé como es la cosa, casi me mato en un risco, sí, mucho viento en algunos sectores y se suma el peso de la mochila.
En el fondo, es el azar el que te puede jugar la mala pasada...
Un viaje de juventud se inmortaliza con una ida y vuelta a las Torres del Paine. La naturaleza siempre atraerá la inspiración la vocación del turista, explorar y soñar es mi caso-
En total 5 chicos dispuestos en estar allí en uno de los paraísos del universo.
Otros detalles, el armar y desarmar de la carpa, los fideos con salchichas (8 días),el ascenso a john Gartner ( 2 horas y media de ascenso), unas auto sugestiones para no detenerse muy útiles: "Soy una máquina caminante de poder ilimitado sin dolor", sí, pura ciencia ficción, pero vaya que sirve ya por el 4º día, no hay que maldecir el clima, nos tocó un paraíso nortino, todo despejado pero volvimos negros y repicados por los mosquitos; eso es parte de la aventura... white salvation, y muchas más cosas que volverán con el curso de los años. hasta que nos encontremos armando nuevamente la mochila y comenzando una nueva travesía.
Que faltó? un libro, me arrepiento de no haber coronado la expedición con un libro que me ayudará a despejar mi mente de las voladas propias del campismo.
Bueno, a la vuelta hubo un tenedor libre... no les cuento. De extremo a extremo.

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